Conocer la historia y amar las historias es enriquecedor y faculta a las personas para afrontar con garantías muchas circunstancias de la vida.
El calendario reserva al mes de noviembre en su primer día, la festividad de Todos los Santos para que los vivientes honremos a los difuntos.
Escribo estas breves palabras en vísperas al 1 de noviembre para poner en valor la cultura, las tradiciones y el idioma de nuestro país, España. Mi único fin es que los amantes de lo foráneo amplíen miras y puedan veneran en igual forma y manera lo autóctono, ya que en justicia es digno de admiración.
Quiero compartir con quien lo desconozca que el verdadero origen de la fiesta pagana de Halloween no es anglosajón por más que traten de atribuirse inapropiadamente la autoría los susodichos.
Más de siete siglos antes a las actuales calabazas y al infame truco trato de zombis carentes de gusto, en nuestras tierras, exactamente en Asturias, se celebraba la Fiesta del Nabo, origen auténtico de Halloween.
La fiesta de difuntos consistía en tallar en un nabo una cara y en vaciar la hortaliza para introducirle una vela. Este rito, representaba para el pueblo Celta las cabezas de sus enemigos vencidos. Esta tradición ancestral era norma de las actuales España, Irlanda, Escocia y Francia. Los anglosajones entraron en escena mucho más tarde, concretamente cuando lograron someter a los pueblos celtas ubicados en Escocia e Irlanda y adueñarse de sus folklore y tradiciones.
Recomiendo a quien quiera ahondar en la Fiesta del Nabo, leer al siempre genial e irrepetible Fernando López-Mirones: biólogo especializado en zoología; divulgador científico; director, productor y guionista de más de 120 películas documentales de naturaleza; Hombre cuya despedida siempre es un aullido.
He confrontado la Fiesta del Nabo Vs Halloween para revelar como los anglosajones son expertos maestros en colocarnos cosas que ya nos pertenecían, utilizando presentaciones magistralmente ejecutadas en pomposo y brillante envoltorio para cegar nuestra razón.
Desafortunadamente, nuestra industria publicitaria sucumbe en gran medida al dominio invasor anglosajón. Utilizamos constantemente vocablos que no nos pertenecen y que en nuestra lengua castellana son mucho más ricos en contenido y atractivo fonético.
La actualidad manda, motivo por el cual los profesionales que trabajamos con el uso de las palabras, tenemos que comprometernos en la defensa de nuestra lengua; Idioma oficial en 21 países y hablada por más de 580 millones de personas en todo el mundo.
Esta noche, en muchísimos pueblos y ciudades de España se celebrará Halloween con toda su parafernalia y macabra puesta en escena, habiendo quedada extinta la Fiesta del Nabo.
Hace apenas tres noches, la industria publicitaria celebró su particular Halloween en la entrega de los Premios Eficacia. ¿Sorpresas? Ninguna. Se confirma que los festivales publicitarios continúan siendo un gran negocio para quienes nunca salen en las fotos y que el reparto de los grandes premios es justamente eso, un reparto de premios.
Público es el palmarés y público el jurado.
Hablando de premios y de Halloween, en el recuerdo e imaginario colectivo de varias generaciones pervivirá para siempre la mítica calabaza Ruperta del programa de televisión Un, dos, tres. Ruperta fue diseñada y animada por los hermanos Moro para que su creador Chicho Ibáñez Serrado pudiera dar personalmente voz al temido peor premio del programa. Y es que ya se sabe, donde se ponga un buen nabo que se quiten las calabazas.
José Arribas, director ejecutivo y máximo responsable creativo de Parnaso
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